Primera Infancia
lunes, 20 de mayo de 2013
domingo, 19 de mayo de 2013
Pedagogía de la Participación
Esta pedagogía
surge para hablar sobre la temática de la participación, como punto
central de trabajo con adolescentes y jóvenes, no solo en espacios como la
escuela, sino en cualquier ámbito donde puedan expresarse y participar.
Al halar de
los adolescentes y el derecho que tienen, a la participación, es obligatorio
reconocerlos no solo como habitantes, si no como ciudadanos, como personas
capaces de expresar ideas, opiniones y toma de decisiones, sobre las cuestiones
que los afectan.
Para que
esta participación tenga una buena efectividad, primero hay que dejar de
clasificar a los adolescentes como un equivalente de problema, desinterés y
falta de motivación, hay que intentar partir de un significado de adolescente
distinto, que los reconozca como personas plenas, en la que se asuma que pueden
compartir la responsabilidad de llevar a cabo, proyectos que colaboren con el
tratamiento de los problemas actuales, hay que reconocerles la capacidad de pensar
y actuar en varias situaciones.
Sería
entonces de vital importancia , crear espacios de participación, para que se
generen vínculos entre adolescentes y adultos, con el fin de que las opiniones
de los jóvenes tenga su debida importancia y sean promovidas para ser escuchadas
y consideradas como un tema serio, y así avanzar en la participación de los adolescentes
en sus hogares, escuelas y comunidades.
Escuela
nueva
Modelo
educativo que permite ofrecer, primaria completa en escuelas multigrado con uno
o dos maestros, integra de manera sistemática estrategias curriculares,
comunitarias, de capacitación, seguimiento y administración donde se promueve
el aprendizaje activo, participativo y cooperativo, y se fortalece la relación escuela
– comunidad.
Tecnología
educativa
Es el
resultado de las aplicaciones de diferentes concepciones y teorías educativas
para la resolución de un amplio espectro de problemas y situaciones referidos a
la enseñanza y al aprendizaje. La tecnología educativa,
es un elemento valioso para que el maestro realice sus funciones específicas de
planeación, conducción y evaluación del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Pedagogía autogestionaria
Tiene como
objetivo supremo la transformación del proceso educativo, capacitivo a punto de
partida de una integración participativa directa de todos los interesados,
profesores, alumnos e incluso los padres en la planificación, organización y
desarrollo de todas las esferas de la vida practica y espiritual – psicológica del
educando, con estimulación.
Pedagogía
liberadora
Esta pedagogía
nos habla sobre la liberación del hombre y surge a través de los problemas sociales que se van
suscitando en nuestra sociedad, esta es una de las pedagogías más utilizadas en
la actualidad, en donde se pretende liberar al sujeto de la opresión de los más
poderosos, aunque en la realidad es muy complicado, ya que debemos hacernos más
reflexivos y críticos, y no solo culpar a otros por nuestros actos.
Constructivismo
Básicamente es
el modelo que mantiene a una persona, tanto en los aspectos cognitivos,
sociales y afectivos del comportamiento, no es solo un producto del amiente, ni
un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia
que se va produciendo día a día como resultado de la interacción de estos dos factores.
sábado, 18 de mayo de 2013
Cuentos clásicos
Caperucita
Roja
Había una
vez una niña llamada caperucita roja, ya que su abuelita le regalo una caperuza
roja. Un día la mama de caperucita la mando a casa de su abuelita, que estaba
enferma, para que le llevara en una cesta pan, chocolate, azúcar y dulces. Su
mama le dijo ¡No te apartes del camino! Ya que en el bosque hay
lobos.
Caperucita iba cantando, por el camino que su mama le había
dicho, y de repente se encontró con el lobo y le dijo: Caperucita caperucita ¿A
dónde vas? A casa de mi abuelita a llevarle pan, chocolates y dulces, vamos
hacer una carrera, dijo el lobo, te dejare el camino más corto, y yo el más
largo para darte ventaja. Caperucita acepto, pero ella no sabía que el lobo la había
engañado. Y el lobo llego antes y se comió a la abuelita.
Cuando caperucita llego, llamo a la puerta ¿Quién es?,
dijo el lobo vestido de abuelita. Soy yo dijo caperucita, pasa pasa nietecita.
Abuelita que ojos más grandes tienes, dijo caperucita extrañada, son para verte mejor,
abuelita abuelita, que orejas tan grandes tienes, son para oírte mejor, abuelita
que nariz tan grande tienes, es para olerte mejor, y que boca tan grande
tienes, es para comerte mejor!!!!!
Caperucita empezó a correr por la habitación, y el lobo
tras ella, pasaban por allí unos cazadores y al oír los gritos se acercaron con
sus escopetas, al ver al lobo le dispararon y sacaron a la abuelita de la
barriga del lobo. Así que caperucita después de este susto no volvió a desobedecer
a su mama. Y colorín colorado este cuento ha terminado.
Fin
Entretanto, el niño recibía tanta comida que, aunque había pasado
siempre mucha hambre, no podía terminar todo lo que le llevaba. Como la bruja
no veía más allá de su nariz, cuando se acercaba a la jaula de Hansel le pedía
que sacara un dedo para saber si estaba engordando. Hansel ya se había dado
cuenta de que la mujer estaba casi ciega, así que todos los días le extendía un
huesito de pollo. "Todavía estás muy flaco -decía entonces la vieja-.
¡Esperaré unos días más!". Por fin, cansada de aguardar a que Hansel
engordara, decidió atarlo al carro de cualquier manera. Los niños comprendieron
que había llegado el momento de escapar. Como era día de amasar pan, la bruja
había ordenado a Gretel que calentara bien el horno. Pero la niña había oído en
su casa que las brujas se convierten en polvo cuando aspiran humo de tilo, de
modo que preparó un gran fuego con esa madera. "Yo nunca he calentado un
horno -dijo entonces a la bruja-. ¿Por que no miras el fuego y me dices si está
bien?". "¡Sal de ahí, pedazo de tonta! -chilló la mujer-. ¡Yo misma
lo vigilaré!". Y abrió la puerta de hierro para mirar. En ese instante
salió una bocanada de humo y la bruja se deshizo. Solo quedaron un puñado de
polvo y un manojo de llaves. Gretel recogió las llaves y corrió a liberar a su
hermanito. Antes de huir de la casa, los dos niños buscaron comida para el
viaje. Pero, cual sería su sorpresa cuando encontraron montones de cofres con
oro y piedras preciosas! Recogieron todo lo que pudieron y huyeron rápidamente.
Allá a lo lejos, en una choza próxima al bosque
vivía un leñador con su esposa y sus dos hijos: Hansel y Gretel. El hombre era
muy pobre. Tanto, que aún en las épocas en que ganaba más dinero apenas si
alcanzaba para comer. Pero un buen día no les quedó ni una moneda para comprar
comida ni un poquito de harina para hacer pan. "Nuestros hijos morirán de
hambre", se lamentó el pobre esa noche. "Solo hay un remedio -dijo la
mamá llorando-. Tenemos que dejarlos en el bosque, cerca del palacio del rey.
Alguna persona de la corte los recogerá y cuidará". Hansel y Gretel, que
no se habían podido dormir de hambre, oyeron la conversación. Gretel se echó a
llorar, pero Hansel la consoló así: "No temas. Tengo un plan para
encontrar el camino de regreso. Prefiero pasar hambre aquí a vivir con lujos
entre desconocidos". Al día siguiente la mamá los despertó temprano.
"Tenemos que ir al bosque a buscar frutas y huevos -les dijo-; de lo
contrario, no tendremos que comer". Hansel, que había encontrado un trozo
de pan duro en un rincón, se quedó un poco atrás para ir sembrando trocitos por
el camino.
Cuando llegaron a un claro próximo al palacio, la mamá les pidió a los
niños que descansaran mientras ella y su esposo buscaban algo para comer. Los
muchachitos no tardaron en quedarse dormidos, pues habían madrugado y caminado
mucho, y aprovechando eso, sus padres los dejaron. Los pobres niños estaban tan
cansados y débiles que durmieron sin parar hasta el día siguiente, mientras los
ángeles de la guarda velaban su sueño. Al despertar, lo primero que hizo Hansel
fue buscar los trozos de pan para recorrer el camino de regreso; pero no pudo
encontrar ni uno: los pájaros se los habían comido. Tanto buscar y buscar se
fueron alejando del claro, y por fin comprendieron que estaban perdidos del
todo. Anduvieron y anduvieron hasta que llegaron a otro claro. ¿A que no sabéis
que vieron allí? Pues una casita toda hecha de galletitas y caramelos. Los
pobres chicos, que estaban muertos de hambre, corrieron a arrancar trozos de
cerca y de persianas, pero en ese momento apareció una anciana.
Con una sonrisa muy amable los invitó a pasar y les ofreció una
espléndida comida. Hansel y Gretel comieron hasta hartarse. Luego la viejecita
les preparó la cama y los arropó cariñosamente. Pero esa anciana que parecía
tan buena era una bruja que quería hacerlos trabajar. Gretel tenía que cocinar
y hacer toda la limpieza. Para Hansel la bruja tenía otros planes: ¡quería que
tirara de su carro! Pero el niño estaba demasiado flaco y debilucho para
semejante tarea, así que decidió encerrarlo en una jaula hasta que engordara.
¡Gretel no podía escapar y dejar a su hermanito encerrado!
Tras mucho andar llegaron a un enorme lago y se sentaron tristes junto
al agua, mirando la otra orilla. ¡Estaba tan lejos! “¿Queréis que os cruce?”,
preguntó de pronto una voz entre los juncos. Era un enorme cisne blanco, que en
un santiamén los dejó en la otra orilla. ¿Y adivinen quien estaba cortando leña
justamente en ese lugar? ¡El papá de los chicos! Sí, el papá que lloró de
alegría al verlos sanos y salvos. Después de los abrazos y los besos, Hansel y
Gretel le mostraron las riquezas que traían, y tras agradecer al cisne su
oportuna ayuda, corrieron todos a reunirse con la mamá.
FIN
Érase una vez un viejo molinero que tenía tres
hijos. Acercándose la hora de su muerte hizo llamar a sus tres hijos.
"Mirad, quiero repartiros lo poco que tengo antes de morirme". Al
mayor le dejó el molino, al mediano le dejó el burro y al más pequeñito le dejó
lo último que le quedaba, el gato. Dicho esto, el padre murió.
Mientras los dos hermanos mayores se dedicaron a explotar su herencia,
el más pequeo cogió unas de las botas que tenía su padre, se las puso al gato y
ambos se fueron a recorrer el mundo. En el camino se sentaron a descansar bajo
la sombra de un árbol. Mientras el amo dormía, el gato le quitó una de las
bolsas que tenía el amo, la llenó de hierba y dejó la bolsa abierta. En ese
momento se acercó un conejo impresionado por el color verde de esa hierba y se
metió dentro de la bolsa. El gato tiró de la cuerda que le rodeaba y el conejo
quedó atrapado en la bolsa. Se hecho la bolsa a cuestas y se dirigió hacia
palacio para entregársela al rey. Vengo de parte de mi amo, el marqués
Carrabás, que le manda este obsequio. El rey muy agradecido aceptó la ofrenda.
Pasaron los días y el gato seguía mandándole regalos al rey de parte de
su amo. Un día, el rey decidió hacer una fiesta en palacio y el gato con botas
se enteró de ella y pronto se le ocurrió una idea. "¡Amo, Amo! Sé cómo
podemos mejorar nuestras vidas. Tú solo sigue mis instrucciones." El amo
no entendía muy bien lo que el gato le pedía, pero no tenía nada que perder,
así que aceptó. "¡Rápido, Amo! Quítese la ropa y métase en el río."
Se acercaban carruajes reales, era el rey y su hija. En el momento que se acercaban
el gato chilló: "¡Socorro! ¡Socorro! ¡El marqués Carrabás se ahoga!
¡Ayuda!". El rey atraído por los chillidos del gato se acercó a ver lo que
pasaba. La princesa se quedó asombrada de la belleza del marqués. Se vistió el
marqués y se subió a la carroza. El gato con botas, adelantándose siempre a las
cosas, corrió a los campos del pueblo y pidió a los del pueblo que dijeran al
rey que las campos eran del marqués y así ocurrió. Lo único que le falta a mi
amo -dijo el gato- es un castillo, así que se acordó del castillo del ogro y
decidió acercarse a hablar con él. "¡Señor Ogro!, me he enterado de los
poderes que usted tiene, pero yo no me lo creo así que he venido a ver si es
verdad." El ogro enfurecido de la incredulidad del gato, cogió aire y
¡zás! se convirtió en un feroz león. "Muy bien, -dijo el gato- pero eso
era fácil, porque tú eres un ogro, casi tan grande como un león. Pero, ¿a que
no puedes convertirte en algo pequeño? En una mosca, no, mejor en un ratón,
¿puedes? El ogro sopló y se convirtió en un pequeño ratón y antes de que se
diera cuenta ¡zás! el gato se abalanzó sobre él y se lo comió. En ese instante
sintió pasar las carrozas y salió a la puerta chillando: "¡Amo, Amo!
Vamos, entrad." El rey quedó maravillado de todas las posesiones del
marqués y le propuso que se casara con su hija y compartieran reinos. Él aceptó
y desde entonces tanto el gato como el marqués vivieron felices y comieron
perdices.
FIN
Cuento infantil
El Nuevo Amigo
Erase un
crudo día de invierno. Caía la nieve, soplaba el viento y Belinda jugaba con
unos enanitos en el
bosque. De pronto se escuchó un largo aullido.
¿Qué es eso? Preguntó la niña .
Es el lobo hambriento. No debes salir porque te devoraría le explicó el enano sabio.
AL día siguiente volvió a escucharse el aullido del lobo y Belinda , apenada, pensó que todos eran injustos con la fiera. En un descuido de los enanos, salio, de la casita y dejo sobre la nieve un cesto de comida.
Al día siguiente cesó de nevar y se calmó el viento. Salió la muchacha a dar un paseo y vió acercarse a un cordero blanco, precioso.
¡Hola, hola! Dijo la niña. ¿Quieres venir conmigo?
Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo oculto se lanzó sobre él, alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del animal con que se había disfrazado y escapó lanzando espantosos gritos de dolor y miedo.
Solo entonces el lobo se volvió al monte y Belinda sintió su corazón estremecido de gozo, más que por haberse salvado, por haber ganado un amigo.
¿Qué es eso? Preguntó la niña .
Es el lobo hambriento. No debes salir porque te devoraría le explicó el enano sabio.
AL día siguiente volvió a escucharse el aullido del lobo y Belinda , apenada, pensó que todos eran injustos con la fiera. En un descuido de los enanos, salio, de la casita y dejo sobre la nieve un cesto de comida.
Al día siguiente cesó de nevar y se calmó el viento. Salió la muchacha a dar un paseo y vió acercarse a un cordero blanco, precioso.
¡Hola, hola! Dijo la niña. ¿Quieres venir conmigo?
Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo oculto se lanzó sobre él, alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del animal con que se había disfrazado y escapó lanzando espantosos gritos de dolor y miedo.
Solo entonces el lobo se volvió al monte y Belinda sintió su corazón estremecido de gozo, más que por haberse salvado, por haber ganado un amigo.
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